El Teatro Villamarta comprueba que «después de los ensayos» la vida sigue

«…Los actores son personas, las actrices más aún. Unos son capaces de encerrarse en su mundo por el solo hecho de justificarse ante la vida; ellas, inteligentes y capaces de entender el mundo de las tablas desde la realidad que casi nunca atrae. Ellos se autoengañan. Ellas se sobreponen…»

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